Día Nacional del Ceremonial: una profesión noble que lucha por su lugar en Santa Cruz
- Santa Cruz Nuestro Lugar
- 29 may
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Cada 28 de mayo, Argentina celebra el Día Nacional del Ceremonial, una fecha que conmemora la firma del Primer Reglamento Protocolar en el año 1810 por Mariano Moreno, gesto que marcó el inicio del orden ceremonial en nuestra joven Nación. Este documento, llamado Instrucción para el Despacho y Ceremonial, no solo estableció pautas en el ejercicio del poder, sino que abrió camino a una disciplina tan silenciosa como imprescindible: el ceremonial.

Sin embargo, tras la solemnidad de los actos, los himnos y las banderas bien colocadas, se esconde una realidad poco visible: la dura situación que enfrentan los profesionales del ceremonial, sobre todo en provincias como Santa Cruz, donde la vocación y la formación muchas veces no alcanzan para obtener una oportunidad laboral. La política de turno, en muchos casos, copa los espacios que deberían estar reservados para quienes han dedicado años al estudio y a la formación ética y técnica en esta noble profesión.
El ceremonialista no es solo quien coloca la bandera o decide la ubicación de las autoridades. Detrás de ese rol visible, hay una formación compleja e interdisciplinaria. Un buen profesional del ceremonial debe manejar conocimientos de historia, relaciones internacionales, idioma, oratoria, derecho, organización de eventos, opinión pública, culturas comparadas, ambientación, sistemas políticos, comunicación institucional, entre otras materias. Además, debe contar con habilidades sociales y un equilibrio que le permita manejar eventos de alto nivel con precisión, diplomacia y respeto.
“El ceremonial ha dejado de ser exclusivo de la diplomacia o de los gobiernos; hoy es parte de la vida institucional, empresarial y hasta personal. Es la carta de presentación de una comunidad o una nación”.
Y como toda carta de presentación, requiere ser cuidada por profesionales. Sin embargo, en la provincia de Santa Cruz, muchos de estos jóvenes, formados en universidades e institutos del país, vuelven a su tierra con títulos y sueños, pero encuentran puertas cerradas. Los cargos en organismos públicos y privados suelen estar asignados por afinidad más que por mérito o formación profesional. Así, quienes se han preparado durante años para representar la imagen institucional de su comunidad, terminan desplazados.
Quien escribe estas líneas lo vivió en carne propia: nacida y criada en Río Gallegos, recién llegada de la ciudad de Buenos Aires luego de recibirme como técnica en ceremonial y organización de eventos, y finalizando una licenciatura en relaciones públicas, pasé dos años sin encontrar una oportunidad laboral. A pesar del esfuerzo personal y del sacrificio económico de mi madre, madre soltera, que costeó mi educación, el sistema me dio la espalda en aquel momento manifestando que “ya tenían quienes servían el té o ponían manteles” (una falta de desconocimiento total de nuestra profesión).
El Día Nacional del Ceremonial debe ser más que una efeméride con saludos y tarjetas. Debe ser un llamado a la reflexión sobre el lugar que ocupa —y el que merece— el ceremonialista en nuestra sociedad. La Argentina necesita del profesionalismo, de la ética y de la sobriedad que esta y otras disciplinas aportan. Pero eso solo será posible si dejamos de relegar a estos profesionales al olvido, si les damos espacio real y la oportunidad para ejercer su vocación y si entendemos que la excelencia en la imagen institucional comienza por quienes están detrás de escena, organizando con rigor y pasión cada detalle.
La política de turno y los cargos pasan, pero la vocación permanece. Hoy más que nunca, es momento de abrirle las puertas al mérito, al estudio y al profesionalismo. No solo por los ceremonialistas, sino por el país que queremos proyectar.
Sobre Katia Ruiz
Nacida y criada en la ciudad de Río Gallegos, es una joven profesional con una vasta carrera académica. Licenciada en Relaciones Públicas (UAI), Técnica Superior en Ceremonial Empresario, Técnica en Organización de Eventos Empresariales y Espectáculos (CEO), Técnica Universitaria en Lenguaje Musical (UCA), Maestra de Ceremonias egresada del Instituto Argentino de Ceremonial Emb. Blanco Villalta, Diplomada en Logística Organizativa, imagen y ceremonial (CIDEC y Universidad San Pablo Tucumán). Cuenta con un Posgrado en Comunicación Política e Institucional (UCA), Especialización en Comunicación política del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diplomada en Comunicación de Crisis (CAEP), Especialista en Imagen política (CKV), actualmente se encuentra finalizando su tesis de la Licenciatura en Ceremonial y protocolo.
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