El CPE intenta minimizar la gravedad del escape de gas en la Escuela Especial N°6: Testimonio docente en primera persona
- Santa Cruz Nuestro Lugar
- 7 may
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Actualizado: 7 may
La Escuela Especial N°6 atravesó esta mañana una emergencia por una importante fuga de gas que obligó a evacuar el edificio, provocó síntomas de intoxicación entre el personal docente y derivó en al menos 18 hospitalizaciones. A pesar de la magnitud del episodio, el Consejo Provincial de Educación (CPE) buscó minimizar la situación, ofreciendo una versión oficial que fue cuestionada por múltiples fuentes.

Desde temprano, el olor a gas era evidente en el establecimiento. Aunque se realizaron advertencias internas, la situación fue subestimada y las decisiones tomadas no se ajustaron a los protocolos correspondientes. En lugar de contactar directamente a la empresa proveedora del servicio, se convocó al área de mantenimiento. La demora en su llegada agravó el escenario: mientras tanto, la actividad escolar continuó a pesar del evidente malestar de alumnos y docentes, muchos de los cuales presentaron síntomas como tos, vómitos e irritación ocular.
Ante la creciente afectación, parte del personal docente resolvió suspender las clases por decisión propia, formalizando el hecho mediante un acta. La intervención de los bomberos permitió cortar los suministros y dar aviso a la empresa de gas, que confirmó la gravedad del escape.
El traslado de afectados al hospital se extendió durante la mañana. Allí, surgieron nuevas irregularidades: según se denunció, no se entregaron certificados médicos ni se brindó información clara sobre los estudios realizados. La situación motivó incluso la intervención policial y declaraciones en una comisaría local.
Simultáneamente, desde el CPE se ofreció una versión oficial que no coincidió con lo vivido por el personal educativo. Se afirmó que el protocolo fue activado de inmediato, aunque testimonios internos señalan que no fue así. También se habría atribuido el incidente a una caldera encendida “sin saberlo”, cuando en realidad, según las mismas fuentes, el encendido fue posterior a la detección del olor.
Las críticas apuntan a una maniobra de encubrimiento institucional. Se habría intentado evitar la mención de responsables en las actas y, en la comunicación pública, se redujo drásticamente la cantidad de personas afectadas.
Este episodio, que pudo haber tenido consecuencias trágicas, vuelve a poner en evidencia el deterioro edilicio de numerosas escuelas de la provincia y la falta de respuesta ante situaciones de emergencia. La comunidad educativa exige medidas urgentes, transparencia en la información y la determinación de responsabilidades administrativas y políticas.
A pesar de lo ocurrido, se anunció que las clases continuarían con normalidad al día siguiente, aunque parte del edificio permanecería sin calefacción. La decisión generó un nuevo malestar entre trabajadores y familias, que advierten sobre la persistencia de condiciones de riesgo.
Por @_fernandocabrera
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