El Hospital Regional en llamas: los laburantes piden reapertura de paritarias

El nosocomio de Río Gallegos fue un hervidero. Los trabajadores, en asamblea general, coparon los pasillos y plantaron bandera: “¡No queremos más humo, reabran las paritarias ya!”. La bronca venía amasándose hace rato, y justo se encendió con un detalle que no pasó inadvertido: hace un par de días, el mismísimo gobernador había hecho visitas institucionales furtivas, sin testigos, sin laburantes, como ladrón en la noche.

(Capturas: La Calle y Vos)

Pero la posta del quilombo fue otra: ¡oh, casualidad! En plena asamblea, el vicegobernador Fabián Leguizamón —el terror de las redes sociales— estaba de visita en el área de cirugías, acompañando a un pariente internado. Y claro, no le quedó otra que bajar a dar la cara.

Una trabajadora tomó la posta y lo puso en autos:

—Mire, vice, ya le hicimos llegar al director nuestras inquietudes, pero siempre lo mismo: palos en la rueda, falta de insumos, la normativa que baja de la ministra, que el director nuevo hace 22 días que está… Todo excusas. Lo concreto es que estamos sin recursos y con un malestar general que no da para más. Queremos paritarias ya, no en marzo de 2026. Y queremos saber: ¿qué respuesta puede dar usted como parte del gobierno?

Leguizamón, incómodo, tragó saliva y ensayó su discurso de ocasión:

—Yo más que nada quiero saludarlos, sé que no es el mejor momento, pero me comprometo a llevarle al gobernador lo que ustedes plantean. No les puedo garantizar partidas, pero sí puedo generar un ámbito de discusión. Yo no hablo de paritarias, hablo de discutir, de buscar un equilibrio. Y quiero agradecer el trabajo que hacen, que muchas veces no se ve.

La respuesta cayó como balde de agua fría. “Ámbito de discusión” sonó a chamuyo, a tirar la pelota para adelante. Los trabajadores, curtidos de años de abandono, no se comieron el verso: la asamblea quedó en pie, la bronca sigue, y el Hospital Regional de Río Gallegos arde más que nunca.

El Hospital Regional de Río Gallegos en llamas no es metáfora. Es el termómetro de una provincia que late en los pasillos, donde el pueblo trabajador exige lo suyo y no quiere más silencios ni visitas institucionales furtivas.

Por @_fernandocabrera