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El Juego del Calamar, una clara alegoría del Capitalismo

Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro LugarSanta Cruz Nuestro Lugar

En el mundo de "El Juego del Calamar", los participantes se enfrentan a desafíos mortales con la esperanza de ganar una fortuna.

Esta serie surcoreana, que ha capturado la atención global, no es solo un thriller de supervivencia, sino un reflejo mordaz del sistema capitalista y de cómo se desploma nuestra ética ante situaciones límite.


En la trama, los jugadores son personas endeudadas y desesperadas, dispuestas a arriesgar sus vidas por una oportunidad de salir de la miseria. Esta situación refleja la realidad de muchos en el capitalismo, donde la competencia feroz y la desigualdad económica obligan a las personas a tomar decisiones extremas para sobrevivir. Pensemos solo en Argentina; pensemos solo en Santa Cruz; pensemos solo en Río Gallegos.


Los participantes compiten entre sí, eliminándose unos a otros, mientras los ricos observan desde la distancia, disfrutando del espectáculo. Esta dinámica resalta cómo, en el capitalismo, los poderosos se benefician del sufrimiento de los menos afortunados.


Además, la serie muestra cómo el sistema manipula a las personas, haciéndoles creer que tienen una elección, cuando en realidad están atrapados en un ciclo de explotación. Los jugadores de "El Juego del Calamar" son seleccionados por su vulnerabilidad, al igual que en el capitalismo, donde los más débiles son los más afectados por las crisis económicas.


La deshumanización y la falta de ética inherentes al capitalismo se evidencian en la forma en que los individuos son reducidos a meros números y herramientas para generar ganancias. La exaltación del individuo, promovida por el sistema, fomenta una cultura de egoísmo y competencia despiadada, donde el éxito personal se valora por encima del bienestar colectivo. En "El Juego del Calamar", esta deshumanización se manifiesta en la indiferencia hacia la vida humana y la glorificación de la supervivencia a cualquier costo.


El lector de "Santa Cruz nuestro lugar", atento a estas líneas, seguramente se estará planteando que la clandestinidad lúdica por sobre la vida humana ya se lleva a cabo en menor medida en otros ámbitos; y que históricamente ha sido una atroz práctica en los campos de concentración, las cárceles, los reformatorios y otras tantas instituciones; y, desde luego, ya se estará preguntando a si mismo qué haría ante la posiblidad de ingresar a un juego como el reflejado en NETFLIX.


Pero al final de cuentas siempre se saludable no perder el raciocinio a la hora de reflexionar sobre el costo de un sistema que valora el dinero por encima de la vida humana.

Por @_fernandocabrera

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