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Foto del escritorSanta Cruz Nuestro Lugar

Hablemos de acoso

En estas líneas con una primera aproximación desde sus distintas manifestaciones y definiciones abordaremos el acoso.


Para comenzar vale aclarar y dejar establecido que: siempre es fundamental que independientemente de la modalidad del acoso, la víctima pida ayuda ya que en cualquiera de las distintas formas la víctima sufre psicológicamente y, en consecuencia, se encuentra desvalida ante ese escenario que suele agravarse y diversificarse.


Para entender sobre el acoso es necesario recurrir a definiciones de manual que nos permitan comprender la magnitud de la problemática creciente, con la salvedad de que las palabras vertidas difícilmente puedan traducir las emociones de quienes han padecido estas situaciones.


Acoso

Se produce una situación de acoso cuando un individuo presiona, coacciona u hostiga a otro de manera insistente y en contra de su voluntad. En todo acto de estas características hay dos posiciones: quien actúa como acosador y la víctima. El acoso es la acción de acechar a una víctima de forma reiterada atentado alterando el desarrollo de su vida de forma grave y atentado contra su libertad individual como persona. El acosador desarrolla actitudes y conductas tóxicas para con el acosado que se repiten en el tiempo haciendo uso de su poder para ejercer un control sobre la víctima. El acoso puede tomar muchas formas distintas dependiendo del contexto, el motivo del acechamiento y de las consecuencias del mismo.


Acoso laboral, Mobbing

Tiene lugar en el contexto de un entorno de trabajo. El acosador, que puede tener un puesto de igual nivel o superior que la víctima, acecha a una persona de su misma empresa con la que convive a lo largo de la jornada laboral. Se trata de un problema muy grave tanto para la víctima como para el clima laboral.


Bullying

Se produce entre alumnos, con un acosador (o grupo de acosadores) que acechan reiteradamente a otro estudiante que es tomado por estos acosadores como una víctima fácil. Es una forma muy peligrosa de acoso ya que las víctimas todavía son, por edad, muy vulnerables psicológicamente. Es esencial detectar los casos y abordarlos.


Acoso sexual

Se basa en el desarrollo, por parte del acosador, de conductas intimidantes y coercitivas de naturaleza sexual sobre una víctima. Esto engloba actos de violencia física, acercamientos indeseados, tocamientos, comentarios de índole sexual, silbidos, gestos inapropiados, etc. Por desgracia, muchas personas, especialmente mujeres, tienen que convivir de forma más o menos grave con muchas conductas de acoso sexual. Como sociedad, debemos luchar para que esta situación cambie.


Acoso físico

Se basa en conductas de agresión, apareciendo una violencia física del acosador sobre la víctima. Este acosador acecha a la víctima repetidamente y, en caso de que sienta que algo se escapa de su control, la agrede físicamente. Y aunque muchas veces son agresiones “menores”, hay casos graves que pueden incluso derivar en la muerte de la víctima.


Acoso psicológico

El acosador no agrede físicamente a la víctima, pero sí que la humilla, la manipula y la destruye a nivel de autoestima y emocional. Se trata de una forma extremadamente dañina de acoso que, además, al no estar ligada a agresiones visibles, es más difícil de detectar.


Ciberacoso

Se desarrolla a través de Internet. El acosador no tiene un contacto real con la persona, en el sentido de que no requiere de cercanía física. Las conductas de acechamiento se producen a través de las redes sociales, con casos de campañas de humillación, amenazas por mensajes, suplantaciones de identidad… Especialmente entre jóvenes, este acoso online es especialmente destructivo a nivel emocional.


Acoso racial

Es un tipo de acoso discriminatorio en el que el acosador acecha a una víctima por motivo de su cultura o raza. Así pues, es una forma de acoso que tiene su desencadenante en actitudes racistas por parte del acosador, que acecha a su víctima burlándose de su cultura y tradiciones, así como por sus atributos físicos, como el color de piel.


Acoso inmobiliario

Se da en el contexto de una vinculación de carácter domiciliario entre acosador y acosado. Los propietarios de una vivienda acechan a los inquilinos para que estos abandonen el edificio o rescindan el contrato de alquiler antes de lo estipulado. En este caso, el acoso suele basarse en cortar la luz, el gas o el agua o en negarse a reparar desperfectos en el inmueble. Hostigan a una persona o familia para que se vean obligados a abandonar la casa.


Acoso verbal

El acosador utiliza palabras hirientes para acechar a su víctima. Igual que en el psicológico, no hay agresiones físicas, sino que las palabras son las que hacen daño a la persona, con insultos y amenazas de que la situación puede (aunque el acosador sepa que nunca lo va a hacer) derivar en agresiones físicas. Como bien sabemos, las palabras pueden hacer mucho daño por sí solas. Y estos acosadores lo saben y juegan con ello.


Acoso basado en la sexualidad

Es un tipo de acoso discriminatorio en el que el acosador acecha a su víctima por cuestiones de sexo, orientación sexual o género.


Acoso basado en la edad

Es un tipo de acoso discriminatorio en el que el acosador acecha a su víctima simplemente por su edad. Esta forma de acoso es especialmente común en el entorno laboral y la pueden sufrir tanto personas más mayores, que se les hace creer que no saben adaptarse a los nuevos tiempos, como a las personas más jóvenes, que son tratadas sin respeto cuando realizan prácticas.


Acoso de poder

El acosador hace uso de su situación privilegiada para acechar a una víctima. Su poder económico, social, laboral e incluso físico es lo que hace que el acosador se sienta con capacidad de hacer un mal uso de este poder y así controlar de forma tóxica a las personas de su entorno que no cuentan con este mismo poder. Se da sobre todo en entornos laborales, con jefes que acosan a sus propios empleados.


Acoso policial

Se desarrolla cuando las fuerzas de seguridad de un Estado hacen un mal uso de su poder. La policía regional, la policía autonómica o el ejército humillan, hacen uso de una fuerza desmedida o amenazan a la población civil, con malos comportamientos a la hora de ejercer sus funciones como agentes de la ley.


Acoso en el espacio público

Fue incorporado en 2019 como una de las modalidades de violencia de género dentro de la Ley 26485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. En septiembre de 2017 el Observatorio Nacional Mumalá presentó el informe “Violencia contra las mujeres en el espacio público. La inseguridad de la que nadie habla”, a partir del relevamiento y análisis de las encuestas realizadas a 1300 mujeres de 11 provincias del país las estadísticas, que mostró cifras alarmantes. Allí se destacó que el 45% fue perseguida por un varón, al 36% las tocaron o les mostraron genitales, y el 17% vio cómo un hombre se masturbaba frente a ellas. Y finalmente, el 80% se siente insegura en el espacio público y teme por su integridad física y sexual, sensación que se intensifica durante la noche, en zonas poco transitadas y poco iluminadas.


Estas son sólo algunas de las definiciones que lamentablemente se actualizan permanentemente no sólo por la incorporación de la tecnología al modo de vida sino fundamentalmente por las nuevas formas de relacionarse entre los grupos sociales y las problemáticas que por ende suelen suscitarse dónde la variable que permanece siempre presente es la asimetría de poder entre la víctima y su acosador o grupo de acosadores.

Para reflexionar y problematizar nuestro comportamiento hagamos memoria de cuantas de estas definiciones hemos vivenciado quizás sin tomar dimensión de la situación de acoso que se estaba llevando adelante. ¿A partir de hoy actuaríamos distinto? Sí.


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