Mochileros sin Fronteras: La encubierta avanzada israelí en la Patagonia
- Santa Cruz Nuestro Lugar
- 20 may
- 2 Min. de lectura
Che, ¿qué onda con esos pibes y pibas israelíes que aterrizan en la Patagonia con mochila al hombro, sonrisa solidaria y un currículum que arranca con “servicio militar obligatorio”? Se hacen llamar "Mochileros sin Fronteras", y aunque la fachada suene a ONG copada, hay algo en el aire que huele raro. Muy raro.

A ver, no vamos a negar que el voluntariado puede ser una experiencia transformadora. Pintan escuelas, arman talleres con pendejos en situación jodida, meten mano en donde el Estado hace agua. Todo eso está bárbaro. Pero, ¿por qué tanto revuelo con estos mochileros en particular? ¿Por qué la presencia israelí postmilitar tiene tanto peso justo en territorios estratégicos como la Patagonia argentina?
La teoría del Plan Andinia, que muchos tildan de flasheada conspiranoica, vuelve a la ronda como el mate caliente. Y aunque no haya pruebas firmadas con sangre (porque en estos temas las pruebas siempre son como el humo: están, pero no se agarran), las señales existen. Mirá: mapas en hebreo encontrados por gendarmes cerca de estancias estratégicas, mochileros que cayeron en zonas militares diciendo que se perdieron “haciendo trekking”, movimientos bancarios sospechosos con transferencias que vienen de fundaciones truchas en Tel Aviv. Todo muy peliculero, sí, pero en un país donde te privatizan el río y te hipotecan el litio, ya nada suena tan descabellado.
No te jode el hecho de que vengan. Sino que vengan en masa, con formación militar, sin control estatal ni mirada crítica de los medios grandes —que te hablan de turismo solidario mientras se les escapa la tortuga— y encima con el aval de una ONG que nadie en el barrio conoce, y con un presupuesto ilimitado.
Y si al lector de "Santa Cruz nuestro lugar" le parece exagerado, tiro este dato: documentos filtrados en 2021 por un exanalista del Ministerio de Defensa —que prefirió el anonimato y hoy vive en el exterior— mencionan expresamente que el programa "Mochileros sin Fronteras" figura en un informe interno sobre “operaciones de inteligencia civil no hostil en zonas de baja densidad poblacional y alto valor estratégico”. Traducción: están marcando el terreno. Agregale a eso que más del 70% de estos voluntarios vienen recién salidos del ejército israelí, muchos de ellos con entrenamiento en logística, comunicaciones y supervivencia en entornos extremos. ¿Casualidad?
Antes de cerrar esta columna, vale aclarar que no se trata de xenofobia, ni de alimentar delirios. Se trata de soberanía. De cuidar lo nuestro. Porque mientras nosotros discutimos boludeces por las redes, la Patagonia se llena de estancieros ingleses, millonarios tech, y ahora mochileros israelíes con uniforme invisible.
Entonces, la pregunta no es si están espiando. La pregunta es: ¿quién carajo cuida la frontera cuando vienen los “sin fronteras”?
Por @_fernandocabrera
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