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Obituario Fest: 15 años de heavy metal, hermandad y aguante cultural en Río Gallegos

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • hace 6 días
  • 3 Min. de lectura

Si el metal tiene un templo en la Patagonia, ese lugar —así, sin vueltas— es el Obituario Fest. Y este año, la criatura cumple 15 años. Quince. Una locura. El próximo 15 de agosto, la Sociedad Rural de Río Gallegos se va a copar con riffs filosos, pogos salvajes y mucho pero mucho aguante, con una grilla que te deja de cara: Christian Bertoncelli, Larry Zavala y Jeriko, tres pesos pesados que vienen a sacudir la ciudad como si no existiera el frío.

Lo que arrancó como el delirio de un puñado de fanáticos con más ganas que recursos —como dijo su productor Miguel Ángel Díaz, “un par de loquitos del metal muy pesado”— hoy es una fija en el calendario de la escena pesada patagónica. Todo empezó bancando bandas locales y de la vuelta, como Santa Cruz, Punta Arenas y Río Grande. De a poco se fue ampliando el mapa: Comodoro, Buenos Aires, y así, sin mucha pompa pero con los botines bien puestos, el Obituario se hizo nombre. Todo a pulmón, sin un mango del Estado, sin sponsors ni caretaje.


Este año, por un tema de logística y conectividad —porque viste que el aeropuerto de Gallegos cierra y no sabés cuándo chucha te lo vuelven a abrir—, decidieron adelantar la fecha para agosto. Pero no se achican: los pibes que lo organizan no dejan detalle librado al azar. Conocen la escena, saben a quién traer, y también se dan el gustito de meter alguna banda que les vuela la peluca. Y eso se nota: cada edición es un golazo.


El plato fuerte de este año es la llegada de Christian Bertoncelli, un prócer del heavy nacional. Viene con todo su repertorio, desde Imperio hasta Renacer, pasando por su etapa solista. Una voz que te la clava en el pecho y te hace viajar por todas las épocas. Encima hace mil que no pisa Gallegos; la última fue allá por el ‘94 o ‘95, cuando vino con Orcas al Metal Rock Fest. Si eso no es historia, ¿qué es? Y no viene solo: lo acompañan Larry Zavala, otro ícono con todas las letras, y los legendarios Jeriko, que tienen un sonido que te desarma.


Pero ojo, que montar todo esto no es soplar y hacer botellas. Es un laburo de locos, bien a pulmón. Pero la pasión puede más. Si no, mirá cuando se mandaron la osadía de traer a Brujería. Alta banda internacional, altísima movida y sí, un numerito que casi les cuesta el hígado, pero valió cada peso y cada nervio. Un lujazo.


Las entradas ya están a la venta, y podés pagarlas en cuotas, porque acá la idea es que nadie se quede afuera. Si querés tu lugar, mandales un mensaje al 2966-465794 o buscá “Obituario Fest” en Facebook. Ya hubo una preventa que voló, y ahora sigue la movida. No te duermas.


Y lo más pulenta: el festival es para todos. Nada de elitismo ni prejuicio. Podés caer con tu hijo, con tu vieja metalera o con el primo que recién empieza a coparse con el palo. Es un evento cuidado, pensado para la familia metalera, y el cambio de sede a la Sociedad Rural no es casualidad: más espacio, mejor sonido y un lugar donde se pueda poguear tranquilo.


Así que ya sabés: si estás en Gallegos (o tenés chance de llegarte), el 15 de agosto tenés una cita con el metal de verdad, con el que no se rinde ni se vende. El Obituario no es solo un recital: es una declaración de principios, una posta cultural que resiste desde el fin del mundo con la frente en alto y los fierros bien afilados. ¡Larga vida al Obituario, loco!

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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