Pico Truncado es Zona Norte, pero parece el Lejano Oeste

Pico Truncado amaneció con el aroma a pólvora en el aire. No había disparos, pero sí un acto que, en otros tiempos y otros paisajes, habría terminado con duelos al sol y un revolver humeante en el suelo.

El concejal Jonathan Sandoval no estaba en su despacho cuando el forastero irrumpió. Julio Bujer, presidente de Vialidad Provincial, llegó al edificio del Concejo Deliberante sin anunciarse, sin pedir permiso, sin esperar la señal del pregonero. Como un jinete que atraviesa las puertas de un viejo saloon con la seguridad de quien cree que el pueblo le pertenece, entró con su banda de foragidos y preguntó por el edil. Pero Sandoval no estaba.

Cuando el concejal supo lo ocurrido, su indignación fue inmediata. “Quiero comentarles hoy mi enojo”, expresó en sus redes, como quien clava un cartel de "Se busca" en el tablón del pueblo. Describió la escena como un acto de prepotencia, un avance sin bandera blanca sobre su territorio. "Ingresaron a mi despacho sin golpear la puerta, como patoteros", denunció. Y no lo dejó ahí: exigió que la ley tome cartas en el asunto.

En este pueblo, explicó Sandoval, hay reglas. Se anuncian en la mesa de entrada, esperan su turno, y solo entonces los concejales los reciben. No es el Lejano Oeste, quiso decir, aunque en estos días las fronteras entre la institucionalidad y la fuerza bruta parecen difusas.

Pero lo que más molestó al edil fue el gesto de autoridad de los que, según él, no la tienen por derecho propio. "Nosotros, le guste a quien le guste, somos elegidos por el pueblo truncadense", disparó con la seguridad de un sheriff que recuerda a todos quién le puso la estrella en el pecho. “Ellos están puestos a dedo.”

Las palabras del concejal ya resuenan en el viento seco de la política local. Mientras tanto, Vialidad Provincial se mantiene en silencio, como un forajido que sabe que la tormenta aún no ha pasado. Pico Truncado es Zona Norte, pero parece el Lejano Oeste.

Por @_fernandocabrera