Se le vino la noche: procesaron a Julio GutiƩrrez y le clavaron un embargo de $250 palos
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Se le vino la noche a Julio Norberto GutiĆ©rrez. La Justicia Federal lo procesó y le metió un embargo de 250 millones de pesos que lo dejó contra las cuerdas. El fallo salió el 19 de diciembre de 2025 desde el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de San MartĆn y lo seƱala como uno de los responsables de una maniobra pesada vinculada al manejo de fondos sindicales. El ex ministro de Trabajo de Santa Cruz, hoy diputado del PARLASUR, quedó formalmente imputado y con el bolsillo congelado hasta nuevo aviso.

La causa arrancó por una denuncia de la empresa SECAR Security Argentina S.A., que acusa a la conducción de la UPSAP de haberse quedado, presuntamente, con mĆ”s de 720 millones de pesos en aportes sindicales correspondientes a 234 trabajadores entre 2018 y 2022. SegĆŗn el expediente, la guita nunca llegó a donde tenĆa que llegar y todo se habrĆa armado con papeles truchos, actas dibujadas y reclamos que no cerraban por ningĆŗn lado.
La investigación empezó el 5 de septiembre de 2024 y no pegó solo en Gutiérrez. Junto a él también fueron procesados el abogado Julio César Núñez y el vigilador privado Juan Marcelo Soria. A los tres les clavaron el mismo embargo preventivo de 250 millones de pesos, señal clara de que el juzgado considera que el daño económico denunciado es enorme y que hay riesgo real de que no aparezca la plata si no se asegura ahora.
Para la Justicia, GutiĆ©rrez serĆa coautor de estafa procesal, falsificación ideológica y uso de documentos ideológicamente falsos. Traducido al idioma de la calle, la sospecha es que se presentaron documentos falsos en expedientes judiciales y administrativos para confundir al juez y sacar resoluciones que perjudicaran a la empresa denunciante. En este tipo de estafa el engaƱado directo no es la vĆctima, sino el magistrado, y eso lo vuelve todavĆa mĆ”s grave.
Núñez aparece como el cerebro legal de la movida. Como abogado, conocĆa el circuito, los tiempos y las formas, y habrĆa sido clave para darle apariencia de legalidad a documentos que hoy la Justicia considera truchos o adulterados. Su rol, lejos de aliviarlo, le suma responsabilidad por el conocimiento tĆ©cnico que tenĆa para armar la maniobra.
Soria, en tanto, figura como el que ponĆa la cara en los papeles. Vigilador privado, habrĆa firmado o intervenido en la documentación cuestionada para hacer pasar como legĆtimos actos internos del sindicato que ahora estĆ”n bajo la lupa. Sin su participación, segĆŗn el juzgado, la maniobra no cerraba.
AdemÔs del procesamiento y el embargo, el juez le impuso a Gutiérrez la obligación de someterse al proceso y no entorpecer la investigación. Nada de jugar a las escondidas ni embarrar la cancha. El mensaje fue claro: esto va en serio y no hay margen para avivadas.
Ahora las defensas de los tres procesados pueden apelar ante la CĆ”mara Federal e intentar dar vuelta la decisión, alegando que todavĆa no hay pruebas suficientes o que no existió delito. Mientras tanto, el expediente sigue su curso y el panorama para GutiĆ©rrez pinta cada vez mĆ”s complicado. La historia estĆ” lejos de cerrarse, pero el golpe judicial ya estĆ” dado y no es menor.
Buenos muchachos
Porque la memoria es frĆ”gil, este humilde redactor le recuerda al buen lector de "Santa Cruz nuestro lugar" un episodio que muchos prefirieron hacer pasar como anĆ©cdota. Esto pasó en RĆo Gallegos, no en una serie de ficción ni en un pueblo perdido, sino en la capital provincial, a plena luz del bochorno polĆtico. Y hoy, con causas que avanzan y nombres que reaparecen, conviene recordarlo sin maquillaje.
AllĆ” por septiembre del aƱo pasado, en RĆo Gallegos, medio gabinete quedó pagando despuĆ©s de un choque bastante desprolijo que terminó en fuga y refugio VIP. Un funcionario provincial estampó su camioneta contra una agencia de loterĆa, salió disparando y fue a esconderse, como quien va a lo de un amigo de toda la vida, a la casa del entonces ministro de Trabajo Julio GutiĆ©rrez y de Iris Rasgido, titular del Consejo Provincial de Educación. Hasta ahĆ, ya era raro. Lo que vino despuĆ©s directamente fue un sketch.

En una entrevista radial que levantó temperatura, se aseguró que las armas encontradas en esa casa no eran ni de caza ni de colección. SegĆŗn se dijo al aire, eran armas de guerra, y para que el combo cierre con moƱo, estarĆan a nombre del diputado Pedro Luxen. No un primo lejano ni un desconocido: un diputado provincial. Todo dicho con total naturalidad, como quien comenta que dejó el auto mal estacionado.
En la charla participaron un ex comisario y un hombre que asegura haber sido parte de fuerzas federales durante mĆ”s de veinticinco aƱos, hoy reconvertido en CEO de una granja avĆcola. El mismo afirmó que al allanamiento no entraron policĆas comunes, sino jefes pesados. O sea, no fue un procedimiento de rutina: fue un āacĆ” pasa algo serioā. Y aun asĆ, el tema se diluyó mĆ”s rĆ”pido que promesa de campaƱa.
El contexto suma mĆ”s condimento. En el vehĆculo que protagonizó el choque viajaban otros dos empleados del Ministerio de Gobierno, en evidente estado de ebriedad y, casualmente, armados con escopetas calibre 22. Borrachos, armados, chocados y refugiados en la casa de un ministro. Una postal que no necesita exageración.
Como frutilla del postre, tambiĆ©n circuló la versión āescuchada por testigosā de que dentro de la casa habĆa dinero, mucho dinero, y, atención al detalle que ya es parte del folclore local, muchĆsimos caramelos āMedia Horaā. SĆ, caramelos. Montones. Una escena tan surrealista que ni el guionista mĆ”s osado se animarĆa a escribirla, pero que en RĆo Gallegos parece haber pasado sin mayores explicaciones.
La entrevista que reavivó todo esto salió en el marco de otra bomba: el mismo entrevistado denunciaba haber judicializado una causa contra el Estado provincial por el presunto robo de su proyecto avĆcola y pedidos de coima incluidos. SegĆŗn su relato, presentó una iniciativa productiva, pidió financiamiento y la respuesta habrĆa sido un pedido de cien millones. El proyecto, casualmente, hoy estarĆa funcionando bajo otra bandera, en tierras que supieron ser de Austral Construcciones. Pura coincidencia, obvio.
Mientras ese reclamo sigue su curso, se empezaron a ventilar otras historias que nadie aclaró jamĆ”s: la procedencia real de las armas, por quĆ© estaban ahĆ, de quiĆ©n eran y quĆ© hacĆan en la casa de un ministro. Ni la Justicia, ni el gobernador, ni los protagonistas principales dieron explicaciones que cerraran el tema. Silencio total, como si nada hubiera pasado.
Hoy, con procesamientos, embargos millonarios y viejos nombres volviendo a escena, aquel episodio en RĆo Gallegos ya no suena tan menor. Capaz no eran tan buenos muchachos. O capaz sĆ, pero de esos que siempre creen que todo queda entre amigos, plata en efectivo y una montaƱa de caramelos Media Hora. Hasta que el archivo se despierta y te pasa la factura.
Por @_fernandocabrera
