SIRPEX Santa Cruz: 8 desaparecidos y un silencio que te aplasta
- Santa Cruz Nuestro Lugar

- 4 oct
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En Santa Cruz hay ocho personas que se borraron del mapa y la posta es que nadie parece romperse la cabeza por buscarlas en serio. No es cuento ni mito urbano, está en el SIRPEX de Santa Cruz, el registro oficial de personas desaparecidas ( https://sirpex.santacruz.gob.ar/avisos/lista_avisos_publicos) , donde cualquiera puede acceder a los casos y tirar data si sabe algo. Ahí están Milagros Arroyo, de 16 años, que se esfumó en Río Gallegos el 30 de septiembre de 2025; Zeus Herrero, de 15, de Caleta Olivia, que se perdió el mismo día; Zahira Demetrio, Tatiana Melillanca y Thiago Almagro, todos pibes de Caleta Olivia que se borraron entre el 4 y el 17 de septiembre de 2025; Ángeles Maldonado, de 26, de Río Gallegos, que no aparece desde junio de 2025; Lorena Bustos, de 52, que se perdió en abril de 2025; y Marcela López, de Río Gallegos, que falta desde 2021. Ocho vidas que quedaron en pausa y que la sociedad mira como si fueran fantasmas.

Acá en Santa Cruz la cosa está heavy. Los pibes se pierden en ciudades donde laburo hay poco, los barrios son un quilombo y la calle te come si no tenés alguien que te banque. Y no son solo adolescentes: hay minas y tipos grandes que tampoco aparecen. Lo más loco es cómo la sociedad lo naturaliza: “desapareciste y chau”, se comenta un par de días en WhatsApp y las redes sociales y después todo vuelve a la nada. Nadie grita, nadie arma quilombo, nadie se calienta de verdad. Las familias quedan solas, esperándolos como si fueran a volver en cualquier momento.
El SIRPEX es lo único que prueba que existieron. Son nombres, edades, algunas fotos, a veces ni eso. Gente que la sociedad mira como sombra digital, que desaparece y chau, como si no importara. Y mientras tanto, los políticos se hacen los boludos y todo sigue igual. Esto es un síntoma social heavy: ocho desaparecidos en una provincia no son números, son el reflejo de un montón de cosas rotas. Es la desigualdad, la falta de redes, la violencia, el patriarcado y la indiferencia de todos.
Pero ojo, esto no es solo un quilombo local ni un tema de mala suerte. Tener desaparecidos en un Estado de derecho debería ser impensable. Significa que las instituciones que supuestamente protegen a la gente no están cumpliendo su laburo, que la ley y la justicia no alcanzan para garantizar la vida y la seguridad de todos. Cada persona que desaparece deja al descubierto fallas estructurales del Estado: la ausencia de políticas públicas efectivas, la precarización social, la desigualdad extrema y la tolerancia pasiva de la violencia. Es un espejo de que el sistema está roto y de que la ciudadanía queda expuesta a la indiferencia de quienes deberían cuidarla.
Si seguimos dejando que esto quede en estadísticas frías, al final todos podemos desaparecer y nadie va a mover un dedo. Y eso, en la densidad demográfica de Santa Cruz, es re alarmante. Lo que se borra en cada desaparición no es solo una persona, es un reflejo de lo que está podrido en nuestra sociedad y de cómo un Estado que se dice de derecho falla en proteger a los suyos. Si no nos sacudimos, van a seguir desapareciendo pibes y grandes como si fuera parte del paisaje.
Para informarte de los casos completos o tirar cualquier data que tengas, podés entrar al SIRPEX de Santa Cruz; cada pista puede ser clave para encontrarlos y darle a sus familias la respuesta que se merecen.
Por @_fernandocabrera




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