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Una megacárcel para Santa Cruz: la magnífica idea del ingeniero D'Elia

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 5 mar
  • 3 Min. de lectura

En un país con un sistema penitenciario colapsado, donde las cárceles más grandes operan por encima del 150 % de su capacidad, el ingeniero Eduardo D'Elia ha lanzado una idea más ambiciosa que la mierda: ¡Construir la prisión más grande de Argentina en pleno corazón de Santa Cruz!

La propuesta, que ya genera debate, apunta a erigir un complejo de máxima seguridad con espacio para 10.000 reclusos en una de las zonas más despobladas del país.


D'Elia expuso sus argumentos en su cuenta de Facebook, apoyándose en la geografía y la infraestructura existente en la provincia. Santa Cruz, con sus 243.943 km², es el segundo territorio más extenso de Argentina y presenta una densidad poblacional ínfima en su región central (0,01 habitantes por km²), lo que haría de esta penitenciaría una de las más aisladas del mundo. Además, la provincia cuenta con una red de transporte adecuada: dos aeropuertos internacionales, siete aeródromos nacionales y cinco puertos marítimos, garantizando la logística necesaria para traslados y abastecimiento. Y -¡Digámoslo, por favor!- también para fugas espectaculares, dignas de cualquier guion de Hollywood.


En términos de energía y servicios, la provincia cumple con los requisitos (ponele). Dispone de acceso a electricidad y gas natural propios, agua potable en abundancia gracias al río Santa Cruz y una infraestructura que, según el ingeniero, permitiría alojar a miles de reclusos sin alterar la vida de la población local. (¡Ajá! ¡Sí! ¿Cómo no?)


Con más de 100.000 personas en el sistema penitenciario nacional, la urgencia de nuevas cárceles es incuestionable, incluso más que la construcción de escuelas. Y aquí, el querido lector de Santa Cruz nuestro lugar, seguramente recordará a Michel Foucault y su obra Vigilar y castigar (1975). En ella, el filósofo establece una analogía entre cárceles, escuelas, hospitales, fábricas y cuarteles, al señalar que todas estas instituciones comparten mecanismos de control y vigilancia diseñados para moldear el comportamiento humano. ¡Así que sí! ¡Denle pa’lante con este proyecto nomás! Porque, al fin y al cabo, cárceles y escuelas son lo mismo. Es más: así como ya existe la Escuela del Viento, bien podríamos tener la Cárcel del Viento.


Más allá de su carácter filosófico, la iniciativa podría aliviar el hacinamiento carcelario y garantizar un control más estricto sobre presos de alta peligrosidad al ubicarlos en una zona de difícil acceso. Pero no solo eso: la construcción de una megacárcel generaría empleo y dinamizaría la economía local en el corto plazo, un factor clave en medio de la crisis económica. ¡Sí, señor! Además, con la intención del gobierno nacional de hacer laburar a los reclusos, la obra sería más que viable. Nada mejor que liberar en nuestra estepa a una gran comunidad carcelaria para que construya su propio presidio.


Según información exclusiva que llegó en las últimas horas a la redacción de Santa Cruz nuestro lugar, el gobierno provincial -de paso, cañazo- ya celebra con entusiasmo la posibilidad de disponer de una enorme cantidad de obreros presidiarios para concretar las postergadas represas sobre el río Santa Cruz y, así, cagarse de una vez por todas en la UOCRA.


Sin embargo, la propuesta también podría interpretarse como una estrategia para "exiliar" a los reclusos más peligrosos en el extremo sur del país, bajo condiciones climáticas hostiles y lejos de sus familias. Desde la perspectiva de los derechos humanos (que hoy no valen una mierda), una cárcel tan alejada del centro del país podría generar serias dificultades para garantizar el acceso a la justicia y la tan mentada "reinserción social".


Una prisión descomunal, miles de internos trabajando y una provincia redefiniendo su papel en el mapa nacional. No sé, pensalo, lector de esta columna. La magnífica idea está sobre la mesa: ¡Santa Cruz puede ser el futuro "Alcatraz" argentino!

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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