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Cierre de la 4ª Fiesta del Frío: ¡O nos abrazamos o morimos!

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 28 jul
  • 2 Min. de lectura

Ayer, domingo 27 de julio, Río Gallegos ardió de vida con temperatura bajo cero. Con una convocatoria monumental, cerró la 4ª edición de la Fiesta del Frío, esa celebración que ya no es solo una fecha del calendario, sino un acto político, emocional y profundamente cultural. Porque si algo quedó claro es que los santacruceños no nos rendimos ni cagados de frío.

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Mientras cierran empresas sin que nadie diga nada, mientras el gobierno provincial se tapa con millones en pauta, la gente salió igual. Salió a mirar fuegos, a abrazarse, a comer algo rico, a escuchar música, a demostrarse mutuamente que todavía estamos acá.


Y no fue poca cosa. Fue necesidad. Necesidad de calor humano, de encuentro, de volver a creer que se puede vivir dignamente incluso en esta tormenta. La Fiesta del Frío se volvió una forma de resistencia, un grito colectivo frente al abandono, una demostración de que cuando las viejas políticas neoliberales ajustan, el pueblo crea.


La organización de la Municipalidad de Río Gallegos no solo garantizó arte, espectáculos y actividades para todas las edades, sino que generó trabajo real para cientos de emprendedores y comerciantes locales. Gente que no la tiene fácil, pero que sigue apostando por quedarse, por levantar persianas, por vender lo que hace con las manos.


Vi caras enrojecidas por el viento, cuerpos bailando al borde de la hipotermia, pibas haciendo fila para comprarse un choripán, parejas y familias felices. Todo esto es política también. Todo esto es Santa Cruz diciéndole al país: no estamos vencidos.


Acá, en culis mundis, cuando la cosa se pone jodida no nos escondemos: nos abrazamos. Acá no huimos del frío: lo convertimos en ritual.


Y ayer, en esa ronda enorme que fue el cierre de la 4ª Fiesta del Frío, entendimos que la salida no es individual. Que el calor no viene solo de la estufa. Que la esperanza se prende cuando nos encontramos, aunque todo afuera esté helado.


Porque en este invierno duro, o nos abrazamos o morimos.

Y nosotros, aquí, como siempre, elegimos abrazarnos.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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