Día del Bastón Verde: de la inspiradora historia de su creación a su rol esencial para las personas con baja visión
- Santa Cruz Nuestro Lugar

- 26 sept
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Cada 26 de septiembre en Argentina se conmemora el Día del Bastón Verde, una fecha instaurada en el año 2002 a partir de la Ley 25.682 que reconoció oficialmente este instrumento como símbolo de orientación y movilidad para las personas con baja visión.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 413 millones de personas en el mundo padecen baja visión, una condición que requiere no solo recursos de apoyo, sino también un compromiso social para garantizar inclusión, respeto y autonomía.
Una historia de empatía que cambió realidades
El bastón verde nació de la mirada sensible de la profesora uruguaya Perla Catherine Mayo, docente de educación especial que se radicó en Argentina. Mayo, con más de tres décadas de experiencia en la enseñanza de personas ciegas y con baja visión, identificó una problemática a partir del caso de una alumna llamada Analía.
Analía utilizaba un bastón blanco (destinado a quienes tienen ceguera total), pero al contar con un resto visual era cuestionada constantemente en la vía pública. “La insultaban en los colectivos o en la facultad, la acusaban de fingir, porque podía leer un menú o mirar una vidriera”, relató Mayo en entrevistas.
Fue entonces cuando creó el bastón verde como una herramienta de movilidad que, además de cumplir la misma función que el bastón blanco, permite distinguir a las personas con baja visión de aquellas con ceguera total.
Así, esta iniciativa rápidamente trascendió fronteras: tras su reconocimiento en Argentina, se replicó en Uruguay (2011), Brasil (2018) y comenzó a ser presentada en países como Colombia, Ecuador, Perú, Costa Rica y Honduras.
¿Pero qué lo diferencia del bastón blanco?
Ambos bastones son iguales en peso, longitud y empuñadura, pero el color es lo que los distingue. Mientras el blanco identifica a quienes tienen ceguera total, el bastón verde señala que la persona posee un resto visual limitado, lo que implica que enfrenta obstáculos permanentes en su movilidad y necesita apoyo y comprensión de la sociedad. Este elemento, entonces, no solo funciona como guía, sino también como un símbolo de identificación y respeto, que facilita la interacción con la comunidad y promueve una vida más inclusiva.
¿Cómo podemos ayudar a una persona con bastón verde?
En nuestra ciudad, encontrarse con una persona que utiliza un bastón verde es una oportunidad para demostrar solidaridad y respeto. Sin embargo, es importante hacerlo de manera adecuada:
No hay que asumir de manera inmediata que una persona con bastón verde necesita ayuda, lo ideal es preguntar primero si la requiere. En caso de que la persona acepte, la forma correcta de hacerlo es ofreciendo el codo del lado libre al bastón para que pueda apoyarse y seguir el movimiento con seguridad. Durante el acompañamiento es importante avisar con claridad sobre obstáculos como escalones o cambios de dirección. Nunca se debe sujetar del bastón ni invadir sus movimientos, ya que eso equivale a taparle los ojos.
Como señalan usuarios del bastón verde, la clave está en la empatía y en perder el miedo a preguntar. A veces la ayuda es bienvenida, otras no necesaria, y ambas respuestas deben ser respetadas.
El bastón verde como símbolo de inclusión
Esta fecha es un recordatorio de que la accesibilidad y la igualdad de oportunidades deben estar presentes en todos los ámbitos de la vida social y que reconocer el bastón verde en las calles significa reconocer derechos, respetar trayectorias y acompañar a quienes transitan la vida con baja visión. Porque la verdadera inclusión comienza cuando, como sociedad, aprendemos a mirar con los ojos de la empatía.
Sobre Katia Ruiz
Nacida y criada en la ciudad de Río Gallegos. Licenciada en Relaciones Públicas (UAI), Técnica Superior en Ceremonial Empresario, Técnica en Organización de Eventos Empresariales y Espectáculos (CEO), Técnica Universitaria en Lenguaje Musical (UCA), Maestra de Ceremonias egresada del Instituto Argentino de Ceremonial Emb. Blanco Villalta, Diplomada en Logística Organizativa, imagen y ceremonial (CIDEC y Universidad San Pablo Tucumán). Cuenta con un Posgrado en Comunicación Política e Institucional (UCA), Especialización en Comunicación política del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diplomada en Comunicación de Crisis (CAEP), Especialista en Imagen política (CKV), Diplomada del Instituto Sanmartiniano, actualmente se encuentra finalizando su tesis de la Licenciatura en Ceremonial y protocolo




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