El Chaltén en el ranking mundial de las montañas más mortíferas para escalar
- Santa Cruz Nuestro Lugar

- 3 sept
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Cuando se habla de las montañas más bravas del planeta, la mayoría piensa en los gigantes del Himalaya: el Annapurna con su fama de cementerio blanco, el K2 que se cobra vidas a dos manos, el Nanga Parbat o el Dhaulagiri donde los porcentajes de mortalidad meten miedo. Y sí, esos colosos son palabra mayor. Pero ojo: en más de un ranking internacional aparece nuestro Cerro Fitz Roy, o como lo llamamos acá, El Chaltén, entre las cumbres más peligrosas de todo el mundo.

Según WorldAtlas, el Fitz Roy se clava en el puesto número cuatro entre las montañas más fuleras de escalar. Y Matador Network, otro medio especializado, lo pone en el once de su top mundial. ¿Qué significa esto? Que, más allá de no llegar ni a palos a los 8 mil metros de altura como los monstruos del Himalaya, El Chaltén juega su propio campeonato de riesgo: paredes de granito que se te vienen encima, trepadas técnicas que exigen muñeca de cirujano, y un clima que te cambia de la nada y te deja pagando.
La cosa es así: en Nepal el peligro se mide en porcentajes de muerte por intentos de ascenso. El Annapurna, por ejemplo, tiene alrededor de un 30% de tasa de mortalidad; el K2 anda por el 23% y el Nanga Parbat por arriba del 20%. Una locura. En el Fitz Roy, en cambio, no hay números tan cerrados de mortalidad, pero los expertos coinciden en que la dificultad técnica lo convierte en una bestia aparte. No es tanto cuántos se mueren, sino cuántos realmente logran subirlo sin que el viento patagónico los mande a guardar.
Encima, estamos hablando de un clima que es más traicionero que Vidal con los docentes: el viento cambia en dos minutos, la nieve aparece de sorpresa y el frío cala hasta los huesos. Más de un montañista europeo o yanqui vino a hacerse el rambo y terminó entendiendo que acá no alcanza con entrenar en los Alpes: la Patagonia no perdona.
Así que, la próxima vez que alguien te diga que en la Argentina no tenemos montañas “a la altura” de las del Himalaya, mostrále estos rankings. El Chaltén no será el más alto, pero en dificultad y peligrosidad está en la mesa de los grandes. Y con una diferencia: mientras los otros gigantes quedan en la otra punta del mundo, este lo tenemos acá, custodiando nuestro cielo santacruceño.
¿Querés subirlo? Primero pensalo dos veces. Acá no alcanza con tener aguante: necesitás técnica, cabeza fría y mucha, pero mucha humildad. Porque El Chaltén no es moco de pavo: es hermoso, pero si lo subestimás, te morfa crudo.
Por @_fernandocabrera




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