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El gobernador ahora amaga con algo imposible: pedir la intervención de Santa Cruz

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 21 sept
  • 2 Min. de lectura

En Santa Cruz el bardo político no para. Esta vez, Claudio Vidal tiró un alto bolazo en redes argumentando que lo que está pasando en la Justicia provincial es ni más ni menos que un “golpe judicial kirchnerista”. Y siguió flasheando secuencia: se animó a preguntar si no correspondería una intervención federal. Sí, querido lector de "Santa Cruz nuestro lugar". Leyó bien: Vidal taggeó a Milei, a Villarruel y al ministro de Justicia como si estuviera en Twitter viendo quién lo banca en la parada.

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Pero acá hay un detalle clave: la Constitución Nacional en su artículo 6 es clarita sobre cuándo puede intervenir la Nación en una provincia. Solo cabe en tres casos: si está en riesgo la forma republicana de gobierno, si hay invasión extranjera o de otra provincia, o si las autoridades legítimas son depuestas por una sedición. Nada de eso pasa en Santa Cruz hoy. Lo que hay es una pelea judicial y política por la ampliación del Tribunal Superior de Justicia de 5 a 9 miembros, con acusaciones cruzadas de blindaje político, corrupción y negociados turbios.


O sea, Vidal agita la palabra “intervención” como si fuera una carta mágica, pero no hay sustento real. Ni siquiera la Corte Suprema suele meterse con esas medidas a menos que la cosa sea escandalosamente grave. Y para poner contexto: Catamarca en 1991 fue intervenida después del asesinato de María Soledad Morales, un caso que expuso la podredumbre política y judicial de la provincia, con encubrimiento incluido. Y en Santiago del Estero en 2004, la intervención llegó tras años de feudo de los Juárez, donde el poder estaba directamente con la mierda hasta el cuello, con violaciones a derechos humanos y represión. Eran quilombos estructurales que hacían imposible hablar de república.


Santa Cruz, por más crisis institucional que tenga y por más que el kirchnerismo siga metiendo la cola en la Justicia, no está ni cerca de esos niveles. Lo que hay es un gobernador que, en vez de bancarse el desgaste y dar respuestas por los escándalos de los alimentos, las coimas y hasta armas en casas de funcionarios, decide victimizarse con un libreto épico de “golpe judicial”.

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En criollo: Vidal vende humo. Sabe que la intervención federal es impracticable, pero el acting le sirve para plantarse como el outsider rebelde que denuncia el “sistema”. El problema es que, mientras tanto, la Justicia sigue atada con alambres, la gente la pasa mal y el juego político se convierte en un ring de Twitter.


Porque si de verdad quiere defender la república, el camino no es pedir imposibles ni usar la Constitución como machete para la tribuna. El camino es dar la cara, gobernar en serio y dejar de usar la palabra “intervención” como si fuera trending topic.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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