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El quilombo que salpica a Milei y su círculo más íntimo

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 24 ago
  • 2 Min. de lectura

La runfla de retornos y acomodos que explotó en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) pinta para ser el quilombo de corrupción más bravo de la era libertaria. El nombre que quedó pegado es el de Diego Spagnuolo: abogado, amigo del León, habitué de Olivos y ahora protagonista de unos audios que huelen a coimas, con ramificaciones directas hacia Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem.

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La cosa viene en cadena: primero fue el papelón del senador entrerriano Eduardo Kueider, pescado con guita de origen dudoso queriendo cruzar a Paraguay, justo después de haberle levantado la manito a la Ley Bases. Después explotó la criptoestafa global de $LIBRA, donde Milei quedó escrachado por haberla bancado con un tuit. Enseguida aparecieron los vuelos charter con amigos del poder esquivando aduanas. Y ahora, los audios de Spagnuolo, que hicieron saltar la térmica.


Las grabaciones, filtradas en el streaming Carnaval, lo muestran hablando de un sistema de aprietes a las droguerías: la Suizo Argentina sería la que levantaba el teléfono para avisarles a los proveedores que el “retorno” ya no era del 5 %, sino del 8. “Lo llevás a la Suizo y nosotros lo subimos a Presidencia”, dice la voz atribuida a Spagnuolo, como si nada.


El juez Casanello y el fiscal Picardi ya se movieron: allanamientos en oficinas públicas, casas de funcionarios y laboratorios. En Nordelta, a Emmanuel Kovalivker —directivo de Suizo Argentina— lo encontraron con 266.000 dólares en sobres, siete palos en pesos y anotaciones que parecen un manual de coimas. Le incautaron todo. A Spagnuolo lo agarraron ayer con dos celulares y una máquina de contar billetes, casi un meme vivo.


La ANDIS quedó intervenida y Spagnuolo fue rajado, pero nadie se anima a decir si los audios son falsos. El Gobierno juega al silencio: Milei habló anoche en la Bolsa de Rosario y ni mencionó el tema. Karina, apuntada por estar en la cocina de las decisiones, ni pío. Los trolls que suelen bancar al Presidente también llamativamente callados.


El único que puso la cara fue Guillermo Francos, jefe de Gabinete, con un comentario burocrático: “Si Spagnuolo sabía algo, tenía que denunciarlo”. Nada más.


Lo cierto es que el caso pega justo en el corazón del mileísmo. Spagnuolo era parte del círculo chico, de la mesa de Olivos, y los audios sugieren que hasta Milei estaba al tanto de las matufias. Que lo hayan echado no alcanza: la bomba ya está explotando en el medio del poder.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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