top of page

Eli Luque, la guardiana de la historia santacruceña

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • hace 14 horas
  • 3 Min. de lectura

Cada 9 de junio, el mundo conmemora el Día Internacional de los Archivos, en homenaje a la fecha en que en 1948 se creó el Consejo Internacional de Archivos (ICA) bajo el auspicio de la UNESCO. Esta jornada no solo invita a reconocer el valor esencial de los archivos como guardianes de la memoria colectiva, sino que también es una oportunidad para celebrar a quienes, en silencio y con dedicación, se ocupan de proteger la historia de los pueblos.

En Santa Cruz, esta conmemoración se vuelve tangible en una figura que encarna la vocación archivística, la investigación histórica y la pasión por la memoria: la Licenciada Élida Luque, una de las mujeres que hizo historia en nuestra provincia.


Luque llegó a Río Gallegos en 1983, sin pretensiones personales, solo con el deseo de trabajar. Desde ese mismo año se abocó a una tarea pionera: organizar y fundar el primer Archivo Histórico de Santa Cruz, una institución que hoy funciona en el Complejo Cultural Santa Cruz y que fue creada formalmente por la Ley Provincial N° 1504. En sus orígenes, el Archivo dependía del Instituto Universitario de Santa Cruz; en la actualidad, integra la estructura de la Secretaría de Estado de Cultura.


Licenciada en Humanidades con especialidad en Historia, profesora universitaria y especializada en Archivología en el Archivo General de la Nación, Luque no solo sembró las bases de una política archivística provincial, sino que también luchó por su desarrollo institucional, técnico y ético. Fue parte del grupo que impulsó la creación de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), y también una de las fundadoras de Contraviento, el colectivo de docentes e investigadores que puso en palabras —y en libros— las historias invisibilizadas de la Patagonia.


Su mirada crítica se forjó entre archivos, aulas y luchas. “El país real no se conocía ni parecía que importara”, afirmó alguna vez, en relación al centralismo académico que marginaba las historias del sur. Junto a sus compañeros, analizó la expansión del capitalismo en Santa Cruz, los conflictos laborales y los procesos sociales que marcaron a la región.


En esa senda, cultivó vínculos con figuras clave de la historia argentina como Osvaldo Bayer y Eduardo Duhalde. Bayer, con quien compartió la pasión por la historia social, y Duhalde, quien acercó valiosos materiales documentales al Archivo Histórico Provincial, apostando a que la memoria se conserve en el territorio donde los hechos ocurrieron.


Una de sus obras más recientes, la muestra ilustrada “Rebelde 1920 – 2021: a los caídos por la livertá”, realizada junto a su exalumno Ariel Cárcamo, es ejemplo de su compromiso con la accesibilidad, la educación popular y la memoria colectiva. Diseñada para niñxs, personas con dificultades visuales o dentro del espectro autista, se expuso en el Complejo Cultural y en el Honorable Concejo Deliberante, acercando las huelgas patagónicas a las nuevas generaciones.


Pero más allá de sus aportes técnicos y académicos, hay un valor que define su trayectoria: la conciencia colectiva. Élida no hizo del archivo un templo cerrado, sino una casa abierta al pueblo. Lo dotó de vida, de sentido histórico y de futuro. Gracias a su tenacidad, hoy se conservan, por ejemplo, los partes de prensa oficiales de la gestión de Néstor Kirchner, documentos valiosísimos para comprender una etapa clave de nuestra historia reciente.


Ella misma reflexiona que “las mujeres hemos sido dejadas de lado por la historia”. Sin embargo, su propia vida desmiente ese olvido: desde su llegada desde Bahía Blanca, ha sido una constructora de memoria y una referente indiscutida en la defensa del patrimonio documental de Santa Cruz. “Nunca hemos sido olvidadas”, dice con convicción. En su caso, no solo no ha sido olvidada, sino que se ha transformado en símbolo.


En este 9 de junio, fecha internacional que celebra a los guardianes de los archivos, desde esta humilde columna proponemos, como gesto de justicia poética, que el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz —ese mismo que supo fundar— algún día lleve su nombre: "Élida Luque". Porque preservar la memoria también es saber honrar a quienes la protegen.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

Comments


bottom of page