En Santa Cruz el agua no tiene arsénico

Mientras en varias provincias andan con el jesus en la boca por el arsénico en el agua, en Santa Cruz seguimos trancas. El mapa del ITBA nos pintó de verde casi entero: eso significa que acá el agua está dentro de los valores seguros, sin sustos, sin química rara, sin nada que te haga dudar antes de pegar el sorbo.

¿Que podemos tener otros quilombos? Sí, obvio: cortes, baja presión, bombas que se rompen, cañerías viejas, esos bardos típicos del suministro patagónico que te dejan sin ducha justo cuando más la necesitás. Pero arsénico, no. Ese maleficio no nos corre.

Las mediciones nacionales lo recontrabancan: el problema fuerte está en la pampa húmeda y alrededores, no acá abajo. En Santa Cruz, el agua es clara por datos, no por chamuyo. Y si en algún pueblito perdido apareció una medición rara hace años, quedó ahí, aislada y sin impacto real en la red que consumimos todos los días.

Encima, por las dudas, mandaron plantas móviles de abatimiento de arsénico, más preventivas que necesarias. Como poner alarma en una casa donde nunca entraron ladrones. Precaución, sí; problema, no.

Así que tranqui, querido lector de "Santa Cruz nuestro lugar": si en estos pagos te quedás sin agua, será por algún quilombo de suministro —como siempre—, pero no por veneno invisible. Acá el drama es la presión, no el arsénico.

Por @_fernandocabrera