Esta es la Reforma Laboral que se viene para los argentinos

Mirá vos, laburante. El Gobierno ya tiene en la manga la reforma laboral que piensa clavar después del 26 de octubre. No importa cómo quede el Congreso, ellos la van a intentar meter igual, junto con la previsional y la tributaria. La movida viene con 80 artículos, que no son invento nuevo: ya los viste en los DNU que la Justicia frenó, el 70 y el 342. Ahora los pintan de “ley” para que entre más prolijo, pero la esencia es la misma: la balanza bien cargada para los patrones y vos con cada vez menos respaldo.

La jugada es así: si una empresa raja a 20 tipos y los gremios van a huelga, cuando se dicta la conciliación obligatoria los sindicatos tienen que levantar la medida sí o sí. Pero los despidos siguen firmes, nadie obliga al empresario a retroceder. Vos parás la lucha, ellos mantienen el daño. ¿Eso es equilibrio? Claramente no.

Con los laburantes de apps te venden que hay avances, pero en realidad te ponen la etiqueta de “repartidor independiente”. ¿Qué significa? Que no tenés relación laboral, no tenés derechos, no tenés cobertura, nada. En otros países, las plataformas son reconocidas como patronales. Acá te tiran al muere como si fueras tu propio jefe, pero sin un peso asegurado a fin de mes.

También se cargan la ultraactividad: hasta hoy, si tu convenio colectivo vencía, seguía en pie hasta que hubiera otro. Ahora, cuando vence, cae directo, y vos quedás colgado hasta que se firme uno nuevo, si es que se firma.

Y ojo con esto: los delegados sindicales, que hoy se eligen desde empresas de 10 trabajadores, ahora solo podrán estar en las que tengan más de 50. De 50 a 100, uno solo; de 101 a 200, apenas dos. En un país donde el 99% de las empresas son Pymes, la mayoría se queda sin representación real. Sumale que ya cerraron 15.000 Pymes desde diciembre y vas viendo la foto: menos laburo, menos sindicatos, menos defensa.

Encima quieren que los aportes sindicales solo se retengan de los afiliados que lo pidan expresamente. Resultado: menos guita para la caja gremial, más gremios debilitados, más patrón suelto de manos. Y si encima tenés que ir a juicio, la cosa se complica todavía más: antes los juzgados laborales podían mover la causa de oficio, ahora todo queda como un juicio civil que solo avanza si vos lo empujás con abogado, papeles y guita. ¿Quién creés que gana esa pulseada?

Y, como si fuera poco, vuelven a insistir con meterle mano al derecho de huelga, que ya lo quisieron recortar antes. Cada vez que quieran parar la olla, más trabas, más sanciones, más límites.

Todo este mamarracho no es técnica ni “modernización”. Es política bien de mierda: dejarte a vos solo contra el patrón. Y ahí está la posta, hermano: si les das el voto a estos tipos, si les comprás el verso a LLA, a Vidal o a Jairo Guzmán, lo que firmás es tu propia condena. Porque ellos no vienen a darte más derechos, vienen a sacártelos uno por uno hasta que no quede nada. No es joda: tu futuro, tu laburo, tu sindicato y tu mesa están en juego.

Por @_fernandocabrera