Feinmann y el sesgo de confirmación
- Santa Cruz Nuestro Lugar
- hace 3 horas
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El fenómeno denominado "sesgo de confirmación" es esa puta manía que tenemos de agarrarnos de cualquier cosa que refuerce lo que ya creemos, aunque sea un bolazo marca cañón. Viste cuando ves un meme medio trucho, una foto mal photoshopeada o un titular armado para el quilombo, y en vez de dudar, decís “¡Viste! ¡Yo sabía!”… bueno, ahí lo tenés.

El ejemplo más pintoresco lo protagonizó Eduardo Feinmann cuando le mostraron una foto berreta de Katy Perry reunida con Cristina Kirchner. El hombre ni se mosqueó, ni chequeó, ni preguntó: la dio por cierta y la mandó al aire como si fuera el hallazgo del siglo. ¿Resultado? Quedó pagando, y la anécdota terminó siendo un manual viviente de cómo funciona este bendito coso.
El asunto no es menor: el sesgo de confirmación explica por qué se viralizan tantas fake news, por qué los grupos de WhatsApp de la tía se llenan de pavadas y por qué cuesta tanto discutir con alguien que ya compró un relato. En vez de poner el cerebro en “modo chequeo”, lo ponemos en “modo hinchada”. Y cuando la camiseta pesa más que la evidencia, cualquier burrada entra como gol de media cancha.
Al final, el sesgo de confirmación no es otra cosa que una trampa mental que nos juega en contra. Nos hace sentir más seguros en nuestras creencias, pero a la vez nos vuelve más crédulos. Y si hasta periodistas curtidos como Feinmann se comen un caramelito así de fácil, ¿qué nos queda al resto?
Aunque, tomándolo como de quien viene, puede que se trate de un falso error para ganar viralidad en las redes, tal y como lo hacía el ex presidente Mauricio Macri por consejo de su consultor peruano Jaime Durán Barba, el Shakespeare de la modernidad ¿Se acuerdan?
Por @_fernandocabrera
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