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¡Feliz día, boludo!

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 28 jun
  • 2 Min. de lectura

Sí, leíste bien. Ayer, 27 de junio, se celebró ni más ni menos que el Día del Boludo. Y no, no es joda ni una cargada del grupo de WhatsApp. Es una efeméride posta, bien argenta, nacida en 2009 gracias a una agencia de publicidad que, lejos de querer bardear a alguien, quiso rendirle homenaje al espécimen más subestimado del ecosistema nacional: el boludo de bien.

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¿Y quién vendría a ser ese? Bueno, querido lector, probablemente vos. O yo. O ese vecino que nunca corta en doble fila, que te deja pasar aunque venga apurado, que paga sus impuestos como un campeón aunque después se los gaste el Estado en alguna pelotudez monumental. Es ese que no coimea al cana, que devuelve la billetera con toda la guita adentro, que espera en la fila del súper mientras el otro se manda “porque es rapidito”. Sí, ese. El boludo.


La fecha no es al azar: se eligió en honor a Guillermo “Willy” Speranza, un publicista que palmó un 27 de junio del 2009 y que, harto de ver cómo los vivos se llevaban el premio y los boludos la bronca, propuso reivindicar al que hace las cosas como corresponde. El tipo quería ponerle una medalla al boludo. Y la verdad… se la merece.


Así que si alguna vez te pusiste el cinturón para ir a la esquina, si le diste la razón al de tránsito aunque te cagaba una tarde, si te clavaste dos horas de cola en la AFIP en vez de buscar un “contacto”, este día es para vos. ¡Feliz día, boludo!


Y si llegaste hasta acá leyendo, ya estás a un paso de que te manden a comprar hielo. Pero no importa, porque vos, boludo hermoso, hacés patria. Y este país, aunque no lo diga, te necesita más que a mil vivos.


Ah, y un datito de yapa: la palabra “boludo” viene del lunfardo y no siempre fue sinónimo de pavote. En el siglo XIX se usaba para los que iban al frente en la batalla con las boleadoras colgando. Eran los menos entrenados, sí, pero tenían unos huevos así de grandes. Con el tiempo, el término mutó. Y hoy, en Argentina, depende del tono: te puede prender fuego o abrazarte el alma.


Este humilde redactor, que recién ahora se aviva de la fecha, lo publica un día después. ¿Por qué? Porque es un boludo. Y a mucha honra.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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