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La deuda con “El Lobo” Peña que sigue sin saldarse

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 4 ago
  • 2 Min. de lectura

A veces los homenajes se instituyen por ley, se reparten en redes como efemérides simpáticas, se festejan con un “¡Feliz día!”... pero se olvidan en los hechos concretos. Hoy, 4 de agosto, se conmemora el Día del Escritor Santacruceño en honor a Héctor Rodolfo “Lobo” Peña, el primer novelista de estas tierras, narrador de ciencia ficción, poeta, cronista, gestor cultural, periodista. Nacido en Río Gallegos, su nombre es uno de los pilares de la literatura patagónica. Sin embargo, hay un rincón en esta ciudad que lo debería tener como estandarte y aún no lleva su nombre: la redacción de la Secretaría de Estado de Comunicación Pública y Medios del Gobierno de Santa Cruz.

(Fotografía: Marcelo Mutti)
(Fotografía: Marcelo Mutti)

Ese espacio —que en sus orígenes fue la Dirección Provincial de Prensa (DPP), que después derivó en la agencia AMA y hoy es la Secretaría— funcionó y sigue funcionando en el mismo lugar: Avenida Kirchner, justo debajo de LU14 Radio Provincia. Allí trabajó como cronista redactor “El Lobo” Peña. En ese mismo lugar donde hoy se redactan partes de prensa, se editan contenidos institucionales y se deciden líneas comunicacionales del Gobierno, él ya ejercía el oficio con la misma pasión con la que escribía cuentos, novelas y poemas.


En esta foto que compartimos hoy con motivo del aniversario, se lo ve a Peña, en los años '70, junto a Elio Rodolfo Mutti, camarógrafo y fotógrafo oficial de la Gobernación por décadas. Dos laburantes de la imagen y la palabra. Dos testigos esenciales de la Santa Cruz que emergía entre las cenizas del viento y el barro del presente. Dos tipos que sabían que contar no es solo informar: es dejar huella.


Por eso, hoy que las redes se llenan de menciones al “Día del Escritor Santacruceño”, estaría bueno hacer algo más que subir una placa con emoticones de libros y plumitas. Estaría bien, estaría justo, estaría urgente que esa redacción donde “El Lobo” laburó tantas jornadas lleve de una vez su nombre. Porque las palabras no se escriben solas, y los edificios públicos tampoco se nombran por arte de magia.


Nombrar también es escribir la historia. Y en Santa Cruz, esa historia no puede olvidarse de Héctor “El Lobo” Peña.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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