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Mujeres Fierreras cumple 10 años: motores, pasión y solidaridad

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • 13 sept
  • 2 Min. de lectura

Este año en Río Gallegos, las Mujeres Fierreras llegan a su primera década rugiendo motores y rompiendo esquemas. Lo que empezó como la locura de unas amigas queriendo hacerse un lugar en el automovilismo, hoy es un grupo con nombre propio, identidad y un montón de respeto ganado en la pista.

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No es solo cuestión de autos y adrenalina: cada encuentro viene con mirada solidaria. Siempre hay un comedor, un merendero o alguna causa barrial que se lleva la ayuda directo, sin vueltas, y después rinden cuentas para que nadie dude de la posta.


Marcela Carrillo, la fundadora y presidenta, lo dice clarito: “Sí, en el pasado mes de abril cumplimos diez años. Estamos felices de festejar con nuestra comunidad. Para nosotras, los encuentros no son solo autos; son momentos de compartir y ayudar a quienes más lo necesitan”.


El cuarto encuentro multimarca será el 23 de noviembre, de 14:30 a 19:00, en su clásico galpón del borde costero. Carrillo adelanta: “Este año el evento va a ser a beneficio de la Asociación de Enfermedades Poco Frecuentes. Habrá bandas, sorteos y premios para los expositores. La entrada consiste en traer un artículo de librería, de limpieza o algún elemento ortopédico en buen estado, como sillas de ruedas, muletas o prótesis. Para los que no puedan traer nada, también se puede colaborar con un CBU directo a la asociación”.

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El grupo hoy tiene nueve integrantes activas, y aunque algunas chicas que arrancaron se fueron por motivos personales, siempre se suman nuevas. “Invitamos a toda la comunidad a acercarse ese domingo: va a ser una linda tarde fierrera, con espectáculos y más de doscientos autos. El año pasado vinieron desde Chile, El Calafate, Piedrabuena y Río Turbio, así que este año queremos que sea doblemente mejor”, agrega Marcela.


Las Mujeres Fierreras se convirtieron en un referente para otras chicas que quieren meterse en un ambiente que todavía tiene tintes de machismo. Hoy no solo representan la pasión por los autos: muestran que el ruido de un motor también puede latir con mirada femenina, y que la solidaridad corre fuerte como la nafta en la sangre.


Diez años después, con miles de anécdotas encima, siguen demostrando que en el automovilismo hay lugar para todos. Y como dicen ellas con complicidad fierrera: “sí, es un vicio caro… pero qué hermoso vicio”.

Por @_fernandocabrera

 
 
 

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