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Noticia de un milagro patagónico: tras veinte días perdido en la estepa y volvió con vida

  • Foto del escritor: Santa Cruz Nuestro Lugar
    Santa Cruz Nuestro Lugar
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura

Contra todo pronóstico, con viento en contra, frío que te parte la jeta y esa soledad inmensa que tiene nuestra estepa, Damián Héctor Romero, un peón rural de la zona de Tres Cerros, volvió a la vida después de estar 20 días desaparecido. Sí: ¡veinte! Y no en cualquier lugar, sino en esa parte del mapa donde no hay señal, ni sombra, ni agua. Solo cielo, ripio y silencio.

La historia arranca el 22 de junio, cuando Damián salió del campo donde trabajaba y no regresó más. Recién el 9 de julio, sus seres queridos hicieron la denuncia en la comisaría de Jaramillo. A partir de ahí, se puso en marcha un operativo que merece aplausos de pie: participaron policías, bomberos, criminalística, rurales, cazadores de la zona y hasta una avioneta. Sí, fue con todo.


En medio de la nada, usaron hasta una antena Starlink prestada por una estancia vecina para tener conexión y coordinar mejor. También se rastrearon huellas de animales, se peinaron cerros y se buscaron indicios a campo traviesa, como quien sigue una historia en clave salvaje. Y un día, apareció la esperanza: encontraron un gorro, un cuchillo, huellas, restos de comida, y hasta un fogón improvisado. Alguien había dormido ahí, bajo las estrellas.


Finalmente, el 12 de julio, personal de la Comisaría de San Julián dio con él. Estaba vivo. Exhausto, con signos de haber estado muchos días a la intemperie, pero vivo. Lo rescataron, lo abrigaron, y lo llevaron al hospital.

Pero la historia no termina ahí. Al ser asistido, Damián relató algo tremendo: dijo haber sido víctima de trata y abandonado a su suerte en plena estepa. Por eso ahora interviene la División de Trata de Personas y la Fiscalía de Caleta Olivia. Hay una investigación abierta, porque lo que pasó no puede quedar en la nada.


Y aunque todo esto nos sacude el alma, también nos deja algo claro: en Santa Cruz no soltamos a nadie. La red de solidaridad que se armó —entre fuerzas de seguridad, peones, vecinos y hasta estancieros— es de esas cosas que nos devuelven la fe. Acá no miramos para otro lado. Acá salimos, buscamos, nos embarramos, y encontramos.


Porque la inmensidad de nuestra estepa, así como hermosa, es también jodida. Y hay que tener coraje para enfrentarla. Pero cuando ese coraje se multiplica entre muchos, la vida le gana a la muerte.


Damián está siendo contenido, cuidado, acompañado. Y su historia no es solo suya: es de todos los que creen que, aun en medio del viento más bravo, todavía se pueden escribir milagros.


Y en "Santa Cruz, nuestro lugar" también nos gusta dar buenas noticias. De esas que nos recuerdan que cuando nos unimos, hasta la inmensidad se achica.

Por @_fernandocabrera


 
 
 

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