¿Por qué se atrasan los sueldos en Santa Cruz?
- Santa Cruz Nuestro Lugar 
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En Santa Cruz ya nos acostumbramos a cobrar el cuatro o el cinco, como si fuera normal. Pero no lo es. Y no siempre pasa por falta de plata. A veces las demoras responden a decisiones políticas: el gobierno elige qué pagar primero, y los sueldos suelen quedar al final de la lista.

Mientras los laburantes esperan, la pauta oficial corre al toque. Millones que vuelan hacia los medios de siempre —los que todos conocemos—, esos que viven del Estado, repiten el discurso oficial y se olvidaron hace rato de la ética periodística. Plata que se va en gigantografías, spots y coberturas “espontáneas” que no convencen a nadie. Lo peor: ni con toda esa pauta lograron que Vidal ganara las legislativas. El electorado ya no compra el humo, y los titulares comprados no salvan a una gestión que se derrumba sola.
Detrás de esa puesta en escena hay una economía que camina con muletas. Santa Cruz depende casi totalmente de la coparticipación federal, es decir, de la guita que manda Nación (Ponele). Ese dinero llega recién en los primeros días hábiles del mes, así que el gobierno espera tenerlo en la caja antes de pagar los sueldos. Si los giros se atrasan o llegan cortados, los pagos se demoran.
A eso se suma el calendario de prioridades: primero (Ponele) se cubren los gastos urgentes —salud, deuda, proveedores, energía— y después los salarios. La recaudación provincial, por su parte, no alcanza ni de cerca para sostener al Estado: no somos Córdoba ni Mendoza, y la estructura fiscal depende del petróleo, la minería y los impuestos básicos.
El sistema administrativo también hace lo suyo: planillas, validaciones, órdenes de pago, transferencias bancarias… Un trámite eterno que estira los pagos. Por eso los jubilados cobran primero, los activos después, y los entes descentralizados cuando ya casi termina la semana.
Y mientras todo eso pasa, la pauta sigue saliendo como por tobogán. Plata fresca para los medios alineados, esos que cobran antes que los empleados públicos. Un gasto político que chupa recursos que deberían ir a sueldos, hospitales y escuelas, y que no sirvió para nada: ni todo ese blindaje mediático logró revertir la paliza electoral.
El gobernador, como cualquier funcionario, (ponele) cobra por transferencia desde el Tesoro Provincial. Su salario está entre los más altos del escalafón político, pero hay varios que lo superan: jueces del Tribunal Superior, directores de entes autárquicos, y gerentes de empresas estatales que cobran muchísimo más. A eso se suman los viáticos y los gastos de representación, que redondean un ingreso más que cómodo.
En resumen y para no marear tanto al querido lector de "Santa Cruz Nuestro Lugar", los sueldos se pagan tarde porque el modelo fiscal es frágil, dependiente y desorganizado. Pero lo que verdaderamente atrasa es la política de prioridades: los medios cobran al día, los lúmpenes cobramos al cuarto, y la provincia sigue girando en el mismo círculo vicioso.
Y con este atraso, parece que volvimos al gobierno de Peralta. O peor… ¿será que el viejo ya está manejando los hilos desde las sombras? Porque el estilo se nota: mismo atraso, mismo verso y la misma costumbre de poner la propaganda antes que la gente.
Por @_fernandocabrera




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