Un basquetbolista santacruceño rumbo a Alemania: el viaje místico de Nacho Copesky

Hay chicos que sueñan con llegar lejos. Y hay otros, como Ignacio “Nacho” Copesky, que no solo sueñan: hacen de cada viaje una promesa, de cada sacrificio una ofrenda. Nacido en Caleta Olivia, Nacho fue forjando su destino sobre el asfalto, viajando todos los días a Comodoro Rivadavia para entrenar. Iba y volvía, llueva, truene o sople el viento. Porque sabía que el nivel se encuentra donde uno se anima a buscarlo.

Hoy, esa constancia lo lleva más lejos que nunca. Del 16 al 27 de julio, el joven formará parte de la selección argentina de básquet universitario que competirá en los Juegos Mundiales Universitarios de Verano, en la región de Rhine Ruhr, Alemania. Se trata de una de las competencias más prestigiosas del calendario internacional, organizada por la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU), con atletas de élite de todo el planeta.

Pero más allá del evento, la verdadera hazaña es el camino. Nacho no solo entrenaba para superarse; entrenaba para honrar su elección. Cada pique, cada tiro, cada hora en la ruta eran parte de una peregrinación silenciosa. No hay magia sin esfuerzo, ni gloria sin raíces.

Hoy, lleva consigo no solo la camiseta argentina, sino también la memoria de esos días interminables entre Caleta y Comodoro, cuando nadie miraba, pero él igual dejaba todo. Esos viajes eran más que traslados: eran un acto de fe.

El básquet santacruceño, gracias a Nacho, no solo pisa fuerte: pisa con sentido. Y sueña con los ojos abiertos.

Por @_fernandocabrera