Vidal y el medallón mágico: cuando el pescado tapa el ajuste
- Santa Cruz Nuestro Lugar

- 8 jul
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En un hotel coqueto de Río Gallegos, con mozos uniformados y olor a moqueta cara, mientras afuera la gente corta calles por sueldos que no alcanzan, el gobernador Claudio Vidal sacó de la galera su nuevo truco de ilusionista: un medallón de pescado 100 % natural que, según él, es la alternativa para que la provincia “salga adelante”. Sí, no es joda: un medallón de merluza como si fuera el Messi de la economía santacruceña.

El evento —que tuvo más puesta que la gala del Martín Fierro— sirvió para presentar a “Santa Cruz Puede S.A.U.”, una sociedad estatal que, de la manito con la privada Vepez, va a procesar este manjar salvador en Puerto San Julián. Todo muy prolijo, con discursos infladísimos y sonrisas forzadas de funcionarios que aplauden como focas bien entrenadas. Pero detrás del humo de la fritura, la realidad huele a quemado: se recortan presupuestos, se frenan obras, las paritarias están en el freezer, y el Gobierno de Vidal quiere tapar todo eso con... Un medallón de pescado.
Gustavo Sívori, capo máximo de la flamante S.A. con siglas que suenan a chiste interno, aclaró que la idea no es competir con el sector privado, sino “viabilizarlo”. Una joyita. O sea, el Estado como flete gratis del capital. Lo próximo será poner a estatales en las oficinas de los empresarios, total si es por viabilizar...
La ministra Nadia Ricci se despachó contentísima con que el producto es “sin agregados”. Como si la falta de conservantes fuera suficiente para borrar que el sabor a precariedad viene de fábrica.
Obvio, no faltó la promesa de siempre: que se va a capacitar fileteros, que se va a generar empleo, que esto, que lo otro... Como si un medallón pudiera sostener el andamiaje económico de una provincia que viene a los tumbos, con recesión, falta de inversión y un Estado que, si no está ausente, aparece para hacer la mímica de que hace.
Pero la pregunta que nadie contesta es la que flota como olor a pescado rancio: ¿en serio piensan que esto va a revertir el desguace estatal? Vidal lo muestra como la bandera de su gestión productiva, mientras achica la salud y les pide a los estatales que “aguanten un poco más”. ¿Aguanten qué, amigardo? ¿El aroma a pan rallado del ajuste?
Santa Cruz Puede, repiten como mantra. ¿Puede qué? ¿Esconder el ajuste abajo de una capa de rebozador? ¿Disfrazar con emprendimientos con olor a freezer la falta de políticas de fondo? El riesgo de que el pescado sea la gran cortina de humo es altísimo. Y lo peor: los fuegos no están en las cocinas, sino en las calles, donde la bronca ya no se cocina a fuego lento ¡Se está quemando todo!
Por @_fernandocabrera




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