Voto bronca o voto legítimo: Santa Cruz le puso un freno al poder
- Santa Cruz Nuestro Lugar

 - hace 3 días
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Las elecciones en Santa Cruz marcaron un punto de quiebre histórico en la política provincial. Fuerza Santacruceña se impuso con claridad en las urnas, mientras que La Libertad Avanza se consolidó como la segunda fuerza, confirmando que el mapa político de la provincia ya no es el mismo.

El resultado fue un golpe directo al corazón del oficialismo, que gastó millones en operetas, campañas de desprestigio, publicidad en YouTube y medios aliados intentando desacreditar a los candidatos opositores. Sin embargo, la gente no compró el relato. Las operaciones políticas y los intentos de manipulación fracasaron frente al hartazgo social y la bronca acumulada por la crisis económica, la falta de respuestas y el desgaste de un modelo que ya no convence.
Por primera vez en décadas, un gobierno provincial no logró meter ni un solo representante en el Congreso Nacional. Un hecho sin precedentes que refleja una pérdida total de respaldo político y territorial.
A este panorama se suma una profunda interna radical entre el intendente de San Julián, Daniel Gardonio, y el vicegobernador Fabián Leguizamón, que agrava la fragilidad del gobierno de Claudio Vidal. En Río Gallegos, su candidato fue relegado al cuarto lugar, mientras que en gran parte de la provincia Fuerza Santacruceña duplicó en votos al espacio Por Santa Cruz, dejando a Vidal una vez más derrotado por el mismo adversario político.

El mensaje fue claro: no alcanzan las disculpas, ni las excusas. En apenas dos años de gestión, la provincia se desmoronó en lo institucional, lo económico y lo social. Y el pueblo habló con fuerza: no quiere más improvisación, ni poder concentrado, ni persecución política.
Pero además de la victoria de Fuerza Santacruceña, el gran dato político es el ascenso de La Libertad Avanza, que ya se instaló como una alternativa real de poder en Santa Cruz. En solo dos años, el espacio libertario ganó territorio, presencia y protagonismo, con figuras emergentes como Jairo Guzmán, quien se perfila como una de las nuevas caras con proyección provincial.
Guzmán, que comenzó su camino en la gestión pública y se consolidó como referente del espacio liberal en la provincia, representa ese recambio que la gente busca: gestión, autenticidad y un discurso sin ataduras partidarias tradicionales. De sostener este crecimiento, en dos años podría convertirse en una figura de peso y competencia real en la política santacruceña.
En definitiva, lo que ocurrió en estas elecciones no fue casualidad. Fue la consecuencia de años de desencanto y una muestra de que la sociedad santacruceña decidió tomar el control de su destino.
¿Fue voto bronca? ¿Fue voto legítimo?
Quizás fue ambos. Pero, sin dudas, fue un voto histórico, un voto de cambio y un voto de fin de ciclo.
Por Ezequiel Calbún.





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